La economía de los incas era redistributiva, es decir, no existía la moneda, aunque el inca era muy rico y tenía grandes adornos de oro (era tratado como un Dios). La mita era una institución en la cual los habitantes del ayllu colaboraban para sacar adelante todos los cultivos, después eran puestos en comunidad y de ahí una parte era tributada al inca.
Para ello se usaba un sistema de cómputo, los conocidos quipus, que eran un sistema de cuentas (aunque exactamente no se sabía como funcionaba, pues los incas no tenían escritura), mientras que el sobrante era repartido equitativamente entre la población. Si había una calamidad y era destruido algún edificio de la aldea, todos colaboraban en la reconstrucción de este, ayudando a la familia que se había quedado sin nada hasta el momento que pudieran vivir por ellos mismos.
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